miércoles, 28 de marzo de 2007

REVISIÓN DE LITERATURA


Importancia de los agostaderos en Sonora.

En la actualidad, la ganadería en nuestro estado, esta atravesando por momentos difíciles (Coronado y McClaran, 2001), ya que la falta de infraestructura adecuada, la falta de recursos económicos de los productores para aplicar nuevas técnicas y manejos en los agostaderos, han reducido la capacidad de producción de los ranchos (Ibarra et al., 2005), así como a la influencia de diferentes factores tales como: el manejo inadecuado de la vegetación y el sobrepastoreo a través del tiempo, presentan una productividad baja que repercute directamente en una reducción en los índices de producción y en los ingresos económicos para el ganadero (Álvarez, 2006). A tal grado que en forma general los recursos forrajeros soportan una carga animal del 12% superior a su capacidad de sostenimiento, dando como resultado, agostaderos de condición regular que producen por abajo del 50% de su potencial y con tendencia negativa; aunque últimamente, se han hecho verdaderos esfuerzos para eficientar las acciones de organización para la comercialización del ganado, las deficiencias históricas mantienen a los productores todavía atados a un solo mercado, el cual impone reglas en calidad, sanidad y precio del producto (Fraijo, 2006).

Las gramíneas constituyen el alimento ideal para los animales del agostadero, proporcionan de manera económica un equilibrio nutritivo insustituible, es decir, se puede afirmar que la flora de una pradera influye directamente en la producción animal (Duthil, 1967).

Los pastizales abiertos de la sierra de Sonora juegan un papel muy importante para la producción de carne y fauna silvestre. De acuerdo con la Unión Ganadera Regional de Sonora, existen por lo menos 10,000 productores con asiento de producción, sin embargo, se estima que existen más de un millón de hectáreas degradadas en esa zona, que producen tres ó cuatro veces menos forraje que su potencial y presentan fuerte deterioro y un alto porcentaje de suelo desnudo con elevado potencial de erosión (Aguirre, 2004).

Características de la vegetación en el norte de Sonora.

Aunque los pastizales ocupan poca superficie en Sonora, comparados con los matorrales áridos y semiáridos, la familia de las gramíneas es ampliamente representada por un gran numero de especies de zacates nativos e introducidos (COTECOCA y SEMARNAP, 2003). Estas áreas de pastizales incluyen los siguientes tipos de vegetación: pastizal mediano abierto, pastizal mediano arbofrutescente, pastizal amacollado, pastizal arbofrutescente y pastizal halófilo. Esta región ecológica se caracteriza por presentar clima seco con sus modalidades calido, semicalido y templado BSh, BS (h’); con precipitación anual de 350 a 600 mm y temperatura media anual de 18 a 24 °C. La fisiografía es muy variada, desde planicies, valles, lomeríos bajos, medianos y altos, hasta escarpas y laderas de sierra, con pendientes de 1 a 65% y altitudes hasta 1900 msnm (COTECOCA, 2002).

Alternativas para rehabilitar las praderas establecidas en el norte de Sonora.

Las practicas de rehabilitación o revegetacion de pastizales, además de ofrecer la posibilidad de incrementar la disponibilidad de forraje y reducir los riesgos de erosión, permiten también mejorar la calidad nutritiva del forraje disponible, sin embargo se requiere conocer cuales son las mejores especies y practicas de establecimiento y manejo para lograr tener éxito (INIFAP, 1997).

La sobreexplotación y el sobrepastoreo en los agostaderos del estado de Sonora, las recurrentes sequías de los últimos años, los fuegos accidentales, tala inmoderada, entre otros, han causado daños severos en estos, tales como la desertificación, erosión y la perdida de retención de humedad (Ibarra et al., 2003). Esta situación ha originado el uso de alternativos de mejoramiento de las tierras de pastoreo; las practicas de rehabilitación de agostadero son los trabajos que se hacen en los ranchos para incrementar el potencial de producción forrajera a través de retener humedad en el suelo, sembrar mezcla de pastos y arbustos y controlar vegetación invasora, entre otros (Fraijo, 2006).

Algunos ejemplos destacados para tener éxito en el mejoramiento de agostaderos es la siembra de especies forrajeras, descompactación con subsoleo, utilización con rodillo, quema controlada y el desvarado (Ibarra et al., 2003). El uso de biosólidos es considerado también como una practica para mejorar tierras de pastoreo, sumándose a las diferentes opciones para frenar el deterioro y los problemas de baja producción y calidad del forraje en los agostaderos (Jurado et al., 2004).

Aguas residuales y tratamiento.

Cano, et al. (2000) reporta que las aguas residuales son todas aquellas que han dejado de ser útiles al humano, tanto para su vida personal, como en la industria, comercio y los procesos productivos. Estas, han sido depositadas al suelo, ríos, arroyos y al mar en el mismo estado en que se desechan, sin hacer un buen uso, tanto racional como técnico de las mismas.

Las aguas negras no son solo las descargas de los sanitarios, sino el conjunto de todos los otros desagües de hogares e industrias. El agua de desecho es mil partes de agua por una de desperdicios, o sea, 99.9% de agua y 0.1% de desperdicios. Dado este voluminoso uso, la cantidad de aguas de desecho generadas por persona al día es de 600 a 800 litros (Nebel y Wright, 1999).

Apenas en la ultima década se ha promovido su aprovechamiento como fertilizante orgánico; aun así, el valor de los lodos de las aguas residuales como fertilizante no compensa los costos de tratamiento y transportación (Fraijo, 2006). Los cuatro métodos que se utilizan para convertir los lodos residuales en fertilizante orgánico son: (a) la digestión anaeróbica que resulta ser la común y utilizada (b) la preparación de composta, (c) la pasterización y (d) la estabilización con cal (Nebel y Wright, 1999).
Biosólidos.

Hoy en día se llama biosólido a lodos tratados, para mejorar su imagen publica y son excelentes fertilizantes orgánicos, los cuales son obtenidos a través de líquidos cloacales, los cuales difieren entre si en función del grado de estabilización del producto final (La idea de darle valor a los biosólidos en la agricultura se da por la idea de que estos son mas un recurso que un residuo, por aquellas propiedades que poseen de mejorar el suelo y su contenido de nutrientes. Sin embargo no se recomienda usarlos sin control alguno (Lavado y Tabeada, 2002).

Efecto de los biosólidos en la vegetación.

Martínez et al. (2003), en estudios realizados en diversos ecosistemas semiáridos degradados, mostraron que el crecimiento de plantas nativas mejoro con la aplicación de biosólidos en dosis de 40, 80 y 120 tn/ha. La producción de biomasa incremento significativamente, el incremento de ciertos elementos esenciales para las plantas también sufrió cambios y se determino que las aplicaciones de biosólidos pueden dar mejores resultados en el suelo y en la vegetación nativa, reduciendo contaminación para el medio ambiente.
Efecto de los biosólidos en el suelo.

Gracias al aporte de N orgánico que poseen los biosólidos, se eleva el contenido de N mineral que se encuentra a disposición de las plantas o cultivos y aunado a esto, se da una influencia en la concentración de fósforo, calcio, potasio, magnesio, zinc, entre otros elementos en el suelo, entonces se ha comprobado un incremento realmente significativo de materia orgánica en este (Lavado y Tabeada, 2002).


No hay comentarios: